Así, que antes de criticar lo que hago o dejo de hacer, lávense la boca con lejía o aguarrás, dénse una o varias vuelta/s por su/s casa/s y hagan una ardua crítica sobre vuestras vidas. Seguro que tendréis por qué callar y os llevaréis más de una sorpresa.
Desgraciadamente, eso es lo que ocurre en los pueblos pequeños y barriobajeros como éste. No tienen otra que hacer que criticar, jugar al bingo, fumar como carreteros y cotillear sobre todo lo que ve a su alrededor. Y sino ven nada, se lo inventan.
Por eso, yo, prefiero quedarme en mi casa. Aún así, sacan tiempo para habladurías absurdas y sin sentido. Si salgo que salgo, sino salgo que no salgo. Hagas lo que hagas, digas lo que digas, hablarán de ti.
Al menos, siempre he sabido que no paso desapercibida.
SI HABLAN, QUE HABLEN, pero no pienso darles la satisfacción de cambiar por ni para nadie. No voy a cambiar mi forma de ser, porque soy única e intransferible. Cambiaré lo negativo, cuando yo lo estime, pero lo bueno que hay en mí, esa esencia que me caracteriza, NO!
Gracias a esa gente que cree en mí! No hace falta decir nombres, ellos lo saben.
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